Una joya simple, pero profundamente bella. Este anillo está elaborado a mano en plata 950 y engastado con un ópalo de fuego mexicano, piedra preciosa originaria de Querétaro, México, conocida por su vibrante resplandor rojizo y anaranjado que evoca la esencia misma del fuego.
Cada pieza es única e irrepetible, cuidadosamente trabajada por manos artesanas para resaltar de forma sutil pero poderosa la luz interior del ópalo. Su diseño minimalista permite que el mineral sea el verdadero protagonista, conectándote con la energía de la tierra y el arte ancestral de la joyería mexicana.
Ideal para quienes valoran la autenticidad, la elegancia natural y las piezas con historia.
